Según una encuesta, un tercio de la ciudadanía europea quiere que se deje usar el aceite de palma como biocombustible en 2021.
- El 70 % de las personas consultadas en el Estado español quieren eliminar el aceite de palma para fabricar biocombustibles antes del 2030 (46 % antes de 2021 y 24 % antes de 2030) y el 4 % prefieren no dejar de usarlo.
- Según la percepción de la población encuestada, más de la mitad (58 %) apoyan dejar de usar soja en el biodiésel, mientras que solo el 18 % quiere seguir usándola.
- Ecologistas en Acción y la red europea Transport and Environment presentaron en junio un documento de alegaciones que defiende la eliminación de biocombustibles elaborados a partir de alimentos y la mejora de los criterios de sostenibilidad de los biocarburantes.
De acuerdo con una encuesta realizada por YouGov [1], un 70 % de las personas en el Estado español quieren eliminar el aceite de palma para fabricar biocombustibles antes del 2030 (46 % a 2021 y 24 % antes de 2030) y el 4 % prefieren no dejar de usarlo. A pesar de que las personas informadas están a favor de la eliminación de este tipo de materia prima, España sigue siendo, en 2019, el mayor productor de biodiésel en la UE y uno de los tres países con mayor dependencia de aceites vegetales importados para la producción de biocombustibles. El 82 % del biodiésel procede de la soja, la palma y la colza, siendo el aceite de palma la principal materia prima para fabricar biocombustibles. El año pasado las refinerías de biocombustibles españolas transformaron 1,76 Mt de aceite de palma en biodiésel.
La gran mayoría de la población europea no quiere que se siga promoviendo el uso de aceite de palma y soja en los biocombustibles como una alternativa para reducir las emisiones del sector transporte. Según la encuesta, un tercio (34 %) de la ciudadanía europea quiere detener el uso de aceite de palma como muy tarde en 2021. Esto sucedió después de que se les informara sobre la decisión de la Comisión Europea de eliminar gradualmente el biodiésel de aceite de palma para 2030 debido a su estrecha relación con la degradación de tierras con elevadas reservas de carbono. Por su parte, el 22 % quiere hacerlo antes de 2030 y solo el 8 % se opone a la decisión de la UE de poner fin al uso de aceite de palma para desplazar vehículos.
Por su parte, la soja sigue siendo clasificada como materia prima de bajo riesgo, a pesar de que existen evidencias que demuestran la alta tasa de deforestación y la producción de emisiones de CO2 por la conversión de pastizales. Según la percepción de la población encuestada, más de la mitad (58 %) apoyan dejar de usar soja en el biodiésel, mientras que solo el 18 % quiere seguir usándolo.
Ecologistas en Acción y la red europea Transport & Environment presentaron un documento de alegaciones para la consulta que lanzó en junio para la Transposición Parcial de la Directiva (UE) 2018/2001 relativa al fomento del uso de energía procedente de fuentes renovables en España. El documento, apoyado por cientos de personas, defiende la eliminación de biocombustibles elaborados a partir de alimentos y la mejora de los criterios de sostenibilidad de los biocarburantes.
Sin embargo, la opinión de la población dista de las intenciones del Gobierno español. A principios de septiembre, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico abrió otra consulta sobre la propuesta de modificación del Real Decreto del fomento de biocarburantes en la venta y consumo para los años 2021 y 2022, en este deja claro continuar con la promoción de los biocombustibles de primera generación para los próximos años, dejando de lado la disposición para eliminar el uso de materias primas que tienen más emisiones que el combustible fósil que deben reemplazar. En promedio emiten, al menos, un 80 % más de emisiones de GEI que el combustible fósil.
Dentro de los resultados de la encuesta, la mayor parte de la población europea no es consciente de los efectos de la quema de aceites vegetales asociados a la deforestación. Cuatro de cada cinco europeos no sabían, antes de realizar la encuesta, que el diésel en su país contenía hasta un 7 % aceite de palma y de soja. Esta falta de información podría cambiar el próximo año, ya que las empresas petroleras estarán obligadas a comunicar las materias primas utilizadas para producir biodiésel y bioetanol.
Rosalía Soley, portavoz de Ecologistas en Acción, afirma: “La encuesta sugiere la necesidad de un fuerte apoyo público para que los gobiernos europeos, y en este caso el de España tomen medidas eficaces y elimine de la cuota de energía renovable para el sector transporte el uso de aceite de palma y soja para la producción de biocombustibles. La oportunidad es clara, dejar plasmado el compromiso de eliminación en la transposición de la Directiva de Energías Renovables en la legislación nacional. Pero por lo visto hasta ahora el gobierno no tiene el propósito de hacer caso al llamamiento de la ciudadanía”.
El pasado mes de julio la coalición internacional de organizaciones ecologistas [2], entre las que se encuentra Ecologistas en Acción, lanzó la nueva fase de la campaña #NotInMyTank (#NoEnMiDepósito en España) para instar a los gobiernos de Alemania, Francia, Países Bajos, Italia y España a que eliminen el uso de los biocombustibles a base de alimentos, incluido el de palma y soja, en 2021.
[1] Todos los datos, a menos que se indique lo contrario, son de YouGov Plc. La muestra fue de 9.361 adultos. El trabajo de campo se llevó a cabo entre el 2 y el 7 de septiembre de 2020 en siete países europeos: Bélgica, Finlandia, Francia, Alemania, Italia, Países Bajos y España. La encuesta se realizó en línea. Las cifras han recibido una ponderación uniforme para cada país para producir un valor “medio” de adultos europeos mayores de 18 años.
[2] Umwelthilfe and Robin Wood (Alemania), Legambiente (Italia), Ecologistas en Acción (España), Canopee (Francia) y Milieudefensie (Países Bajos).