Conserving insects will stop the loss of biodiversity

Conserving insects will stop the loss of biodiversity
Conservando los insectos se detendrá la pérdida de biodiversidad.
  • La Asociación Española de Entomología y Ecologistas en Acción presentan el informe ‘Análisis de la situación y propuestas para la conservación de los insectos’.
  • Los objetivos del estudio son la concienciación social y lograr que desde las administraciones se adopten las medidas recomendadas por múltiples estudios científicos.
  • Estas medidas favorecen la recuperación de las diezmadas poblaciones de insectos, lo cual repercutirá muy positivamente en la conservación de aves, mamíferos, reptiles y toda la biodiversidad, y por tanto en el bienestar del planeta.

‘Análisis de la situación y propuestas para la conservación de los insectos’ estudia la importancia ecológica, económica y las principales amenazas de los insectos, de los cuales se conocen algo más de un millón de especies. Son el grupo más abundante y diverso de seres vivos y forman parte del patrimonio cultural y natural de la humanidad. Por lo menos, dos de cada tres especies de animales son insectos. Por cada persona existen 300 millones de individuos de estos animales, que han colonizado todos los medios (aéreo, terrestre y acuático), llegando a grandes altitudes en las montañas. Se reparten, desde el Ecuador hasta los Polos, a lo largo de todas las latitudes del planeta.

Los insectos juegan valiosos papeles en los ecosistemas y en los seres vivos. Desempeñan roles clave en la polinización, en la descomposición de residuos, en los procesos de formación del suelo y del reciclaje de nutrientes, en las cadenas tróficas como presas o como depredadores y parasitoides, actuando en la lucha biológica contra especies plaga, lo que reduce la necesidad de aplicación de insecticidas. También proporcionan alimentos y otros productos como biocombustibles o fibras, y son esenciales en los medios dulceacuícolas, en ríos, lagos, etc., donde son bioindicadores de calidad, al ser sensibles a la alteración de las aguas. Estos y muchos otros servicios irremplazables suelen ser desconocidos por la sociedad. En ocasiones también son infravalorados o menospreciados. Esta percepción negativa es errónea e injusta. No son más de un 2 % los insectos que pueden causar problemas.

En términos económicos su valor es altísimo: los polinizadores, es decir, las miles de especies de abejas, mariposas, algunos parientes de las moscas (dípteros) y varios escarabajos, materializan el servicio de polinización de la mayoría de plantas silvestres y de los cultivos agrícolas. Según la FAO, se estima que la producción agrícola mundial que depende directamente de estos insectos supone beneficios crecientes de entre 235.000 y 577.000 millones de dólares al año o 2.400 millones de euros de valor asociado a la agricultura española.

Las alarmas sobre la desaparición de los insectos saltaron al gran público en 2017. Un artículo de científicos alemanes probaba que, en los últimos 27 años, se había reducido más del 75 % de la biomasa de insectos voladores en áreas protegidas de Alemania, lo que tuvo gran repercusión mediática. Se estima que, a nivel mundial, el 40 % de las especies de polinizadores se encuentra en peligro de extinción. En Europa, lo están el 9 % de las especies de abejas, incluidos los abejorros, que son los mejores polinizadores. En EE UU, entre 2008 y 2013, se produjo un descenso del 23 % de las abejas silvestres en las principales áreas de cultivo del país. De los escarabajos polinizadores, solo 10 especies están recogidas en las listas rojas de España y/o Europa. Se estima que las mariposas diurnas han experimentado descensos del 30 % en los últimos 30 años en Europa. Más aún, desde 2008 a 2017, en zonas de pasto y bosque, se ha pasado de 100 especies de insectos a 33. El origen está en el modelo de producción y consumo actual: por el cambio en los usos de suelo, por la agricultura y la expansión urbanística y de infraestructuras, por el uso de biocidas (herbicidas, fungicidas e insecticidas), por la deforestación y la pérdida de hábitat, especialmente de pastos y praderas, aparte de los otros factores de declive como lo son diferentes agentes patógenos, la introducción de especies invasoras o el calentamiento climático. Todo ello pone en riesgo la biodiversidad de los ecosistemas terrestres, el abastecimiento mundial y su valor económico.

La adopción de medidas concretas para frenar su extinción debe considerarse como uno de los grandes retos ambientales, especialmente teniendo en cuenta que son miles las especies de vertebrados e invertebrados que se alimentan o que dependen de ellos. Sin insectos se perdería  gran parte de la biodiversidad mundial. Por ello, Ecologistas en Acción y la Asociación Española de Entomología animan a las diferentes administraciones a aplicar una serie de propuestas concretas que, de adoptarse en espacios verdes públicos y privados, lograrían frenar el actual declive de los insectos.

Estas medidas se agrupan en cuatro bloques:

Medidas a adoptar por los  municipios. Los ayuntamientos tienen importantes competencias que les permiten desarrollar muchas de las propuestas incluidas en este informe, especialmente las relativas a regular y controlar las podas y siegas de plantas silvestres en plena floración; restaurar espacios degradados, como solares abandonados y pastizales con flores autóctonas; cultivar en jardines, plazas y calles plantas atractivas para los insectos; instalar en zonas verdes o ajardinadas albergues para insectos, y en general favorecer una mayor diversidad de hábitat de polinización en todos los entornos urbanos.

Medidas para favorecer actividades agrarias sostenibles. Las medidas más efectivas de la política agraria para detener la pérdida de insectos están relacionadas con reducir sustancialmente el uso de biocidas, hacer efectiva la prohibición de las fumigaciones aéreas, promover las buenas prácticas agrarias compatibles con los insectos, restaurar plantas autóctonas en pasillos y lindes, y frenar la intensificación y homogeneización de los monocultivos.

Medidas para mejorar la legislación. La normativa ambiental tiene todavía importantes carencias en patrimonio natural. Una de esas carencias es la falta de protección de los insectos; prohibir el uso de trampas masivas; controlar y prevenir la introducción de especies y subespecies foráneas y de sus parásitos y patógenos; y restringir las industrias extractivas en áreas de elevada biodiversidad.

Medidas para incrementar la sensibilización de la sociedad. Dado que la mayor parte de la sociedad continúa sin valorar positivamente a los insectos y desconoce su importancia ecológica, es urgente que las administraciones ambientales adopten medidas para fomentar esa sensibilización. El informe ‘Análisis de la situación y propuestas para la conservación de los insectos’ reclama la puesta en marcha de acciones de sensibilización y formación sobre los insectos y sus importantes beneficios ambientales, sociales y económicos; implicar a docentes y al alumnado de la enseñanza obligatoria en la concienciación sobre la importancia de los insectos, y la creación de un Día Mundial de los Insectos que ayudaría a potenciar la conservación de estas importantes especies.

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