COP29: La solidaridad del Norte global arde hasta los cimientos
- La nueva meta global de financiación termina con una cuantía y calidad insuficiente que destruye la solidaridad pactada en el Acuerdo de París. Para la sociedad civil el acuerdo de financiación es solo humo y espejos que diluye la responsabilidad histórica del Norte global.
- Las últimas horas de la COP29 han dado lugar a un final tenso, con intervenciones muy críticas tanto con los textos como con la presidencia.
- La mayoría de los paquetes de negociación cierran en el mejor de los casos sin avances significativos y en el peor con graves deficiencias que ponen en entredicho la diplomacia climática de años venideros.
La COP29 ha cerrado hoy a las 3:45 hora de Bakú (00:45 CET) después de una agónica prórroga que se ha alargado desde el viernes. Las negociaciones, estancadas durante la última semana, han conseguido un acuerdo in extremis. La presidencia azerí ha mostrado una incapacidad clara de convenir un texto fuerte sobre financiación.
Durante dos semanas, y hasta el último minuto, las organizaciones de la sociedad civil presentes en Bakú han reclamado a los gobiernos compromisos firmes con la lucha para frenar la emergencia climática y, especialmente, para alcanzar una financiación suficiente que permita afrontar el enorme reto que la humanidad afronta. “Pay up!” ha sido el grito colectivo que ha resonado en la cumbre, una reclamación que los gobiernos de los países ricos se han negado a atender. Ante la imposibilidad de organizar ningún tipo de acción en el exterior de las instalaciones, los movimientos sociales han tenido que negociar con la seguridad de Naciones Unidas cada una de las acciones que se han realizado en el interior. Decenas de acciones han mostrado delante de las delegaciones y de la presidencia de esta COP la indignación social ante la falta de avances. Hasta el último momento, las activistas (ecologistas, sindicalistas, feministas, jóvenes, indígenas) han denunciado el genocidio y ecocidio y reclamado a las delegaciones “Hold the line”, esto es, resistir, y no aceptar un acuerdo “infame”.
Financiación
Este era sin duda el documento más importante que cerrar en esta cumbre. Sin embargo, desde las primeras negociaciones se hizo evidente la falta de voluntad de los países, especialmente del Norte global, de avanzar. Durante la primera semana se desechó el escaso avance realizado durante más de dos años, reiniciando de nuevo las negociaciones. Los días siguientes apenas se produjeron avances, la recopilación de todas las impresiones de los países crearon un documento muy extenso, difícilmente resumible. De hecho, la primera semana de negociaciones cerró en falso este punto de trabajo de la agenda dejándolo en manos de la presidencia.
La segunda semana las negociaciones no avanzaron por mejor camino: la falta de compromiso y cifras claras del Norte global bloquearon de forma persistente las negociaciones. Así, muchos países del Sur global fueron mostrando paulatinamente su descontento, al igual que la sociedad civil internacional, que manifestó en numerosas protestas la exigencia de que los países del Norte dispusieran de la financiación comprometida en París. Las organizaciones de la sociedad civil española manifestaron durante la última mañana de las negociaciones su rechazo al texto presentado por presidencia.
El texto final conocido esta madrugada, sin apenas tiempo para su análisis, avanza poco respecto a anteriores versiones. Sí bien es cierto que incluye una triplicación del fondo actualmente dispuesto, la realidad es que supone muy poco compromiso adicional de financiación, ya que, considerando la inflación anual, este fondo en 2035 representará el mismo esfuerzo que el acordado en 2009. Del mismo modo, el acuerdo alcanzado evita deliberadamente recoger el principio de que los países del Norte global son quienes tienen la exigencia de poner la financiación necesaria, y además incluye en ese núcleo de la financiación fuentes privadas y métodos “innovadores”, en lugar de obligar a que esa parte de la financiación sea pública, adicional, suficiente y predecible, como exigen desde hace años las organizaciones de la sociedad civil.
Mitigación
Los acuerdos sobre mitigación son del todo insuficientes. No solo no son ambiciosos, sino que representan pasos atrás respecto a los acuerdos alcanzados el año pasado. No se encuentra ninguna referencia directa en los textos a “transition away from fossil fuels”, y ya ni hablar de un “phase out of fossil fuels”. En un punto crítico, esta cumbre no es capaz de dar la respuesta necesaria y dejar definitivamente atrás los combustibles fósiles. Además, varios puntos sobre el nuevo ciclo del Balance Global, han sido pospuestos, creando retrasos en los procesos de la UNFCCC que no son compatibles con una situación de emergencia climática. En esa misma línea, no hay referencia a unos NDCs (contribuciones determinadas a nivel nacional) compatibles con el límite de 1,5ºC del Acuerdo de París.
En resumen, en esta cumbre no ha habido avances significativos en materia de mitigación, perdiendo un año más, lo que era fundamental para avanzar en el fin de los combustibles fósiles de cara a la cumbre de Belén, en una década crítica para la acción climática.
Adaptación
Dentro de los temas más ignorados de esta cumbre, tal vez el que más ha avanzado en estas últimas dos semanas ha sido la adaptación, con acuerdo de las partes y el beneplácito de la sociedad civil. El texto aprobado del Global Goal on Adaptation, después de unas negociaciones de última hora de infarto durante las cuales ha llegado a parecer que los avances de las últimas dos semanas iban a descartarse por completo, ha sido un texto que, aunque no pueda clasificarse como innovador o ambicioso, cumple los requisitos mínimos que la sociedad había establecido: medios de implementación, un juego de indicadores sobre el progreso y, sobre todo y más importante, un punto permanente en las agendas de futuras cumbres sobre adaptación.
“La lucha está lejos de haber terminado”
Ecologistas en Acción muestra su rechazo a los vagos acuerdos alcanzados, y subraya que seguirá luchando para que los gobiernos de los países enriquecidos cumplan con sus obligaciones e inicien las reparaciones climáticas e históricas que adeudan con los países más vulnerables, como AOSIS y LDCs. Así, luchará por multiplicar por tres el compromiso actual español de 1.350 millones comprometidos en Glasgow, del mismo modo que exigirá que se aborde una tasa internacional solidaria (Global Solidarity Levy), que es de los pocos compromisos positivos alcanzados en este encuentro. La sociedad civil, tras este amargo final, sale aún así de la cumbre con un mensaje de fuerza; Tasneem Essop, directora de la Climate Action Network, ha manifestado: “We are not defeated; we will fight back home, we will be out in numbers and louder than ever. The fight is far from over” (“No estamos derrotados; volveremos a luchar en casa, saldremos en masa y sonaremos más alto que nunca. La lucha está lejos de haber terminado”).
Declaraciones del equipo en Bakú:
Javier Andaluz Prieto, responsable de Clima y Energía de Ecologistas en Acción: “Lo que hemos vivido estas semanas en la COP29 es, simplemente, una desgracia para el planeta. La Unión Europea ha mostrado su incapacidad para afrontar los compromisos de financiación adquiridos desarrollando estrategias para sacudirse su responsabilidad histórica y climática. Es inaceptable que, mientras la UE exige a los países del Sur global reducir las emisiones, se escuden detrás y amparen a EE UU, sin ofrecer ningún tipo de compromiso adicional, como se acordó en París. Y lo que es aún peor, mientras se alía con las empresas causantes de la crisis climática ofreciendo dinero público para ser contabilizadas en el nuevo objetivo global de financiación. Hemos venido a esta cumbre a defender las reparaciones climáticas e históricas y, en lugar de ver cómo los países aplican sus herramientas fiscales, aplicando el principio de “quien contamina paga” y una mayor fiscalidad a la riqueza y a la destrucción del planeta, vemos como dinamitan cualquier credibilidad y abandonan cualquier intención de ser solidarias con los millones de personas que ya están sufriendo las consecuencias de la emergencia climática”.
Carmen Duce Díaz, coordinadora confederal de Ecologistas en Acción: “Los cientos de activistas presentes en esta cumbre no han parado ni un segundo de poner en el centro a las personas y territorios que ya están sufriendo de forma inaceptable las consecuencias del cambio climático. No hay tiempo que perder, urge reducir emisiones, pero también compensar muy seriamente a los territorios empobrecidos, que sufren los impactos de la crisis, y las politicas extractivistas de quienes se enriquecen con el genocidio y el ecocidio. Ante la hipocresía de los países enriquecidos, en las últimas horas de esta cumbre han resonado muy fuerte los gritos de las activistas: ‘No deal is better than a good deal’. En esta situación, la solidaridad entre los pueblos es la única manera de resistir. Solo el pueblo salva al pueblo”.
Sofía Fernández Álvarez, activista del área de Clima y Energía de Ecologistas en Acción: “La COP29 está dejando en evidencia la falta de compromiso del Norte global para reconocer y actuar sobre su deuda histórica con el Sur global. Los países más ricos tienen la responsabilidad de proporcionar financiación suficiente para que los países del Sur puedan enfrentar la crisis climática, tanto en términos de mitigación y adaptación como de pérdidas y daños. Es imprescindible que estos fondos sean públicos y que eviten generar más deuda en el Sur. Esto garantizaría que todas las personas puedan hacer frente a las peores consecuencias de la crisis climática. En cuanto a la mitigación, la ambición sigue siendo insuficiente, dando pasos hacia atrás respecto de la cumbre del año pasado. Esta falta de acción es inaceptable. Los países deben comprometerse a eliminar los combustibles fósiles, y deben hacerlo de inmediato”.
Irene Rubiera de Felipe, activista del Área Jurídica de Ecologistas en Acción: “Cuesta creer, a estas alturas de la película, la incapacidad de los países del Norte global para estar a la altura de las circunstancias y de sus compromisos. La jugada infame que hemos visto en el último texto del NCQG, esquivando activamente los párrafos operativos del artículo 9 del Acuerdo de París, es una muestra más de la falta absoluta de respeto al proceso, al multilateralismo y al derecho climático internacional en su conjunto. La COP, el único espacio legislativo internacional en el que el Sur y los más afectados pueden mirar al Norte a la cara y exigir responsabilidades y respuestas por sus actos sobre el planeta, debe ser preservado y lucharemos por él. La sociedad civil presente en las negociaciones es la última línea de defensa de aquellos más vulnerables”.