Ecologistas en Acción alerta sobre el auge minero que implicará el nuevo reglamento europeo de baterías.
· Un estudio publicado por la Universidad de Valladolid alerta sobre el riesgo de agotamiento de las reservas por la demanda de los vehículos eléctricos.
· Las referencias al reciclaje suponen un lavado de cara verde para justificar la necesidad de una minería totalmente insostenible y fuera de control.
La Comisión Europea pretende lanzar en los próximos meses un nuevo reglamento de baterías con el que impulsar la “revolución verde” de coches eléctricos y una creciente digitalización de la sociedad. Sin embargo, la letra pequeña del reglamento implica impulsar un boom minero sin precedentes a escala europea, con los ojos puestos particularmente en los depósitos de litio, cobre, cobalto, wolframio y tierras raras de la península ibérica.
Así lo reconocen informes como From dirty oil to clean batteries (‘Desde el petróleo sucio a las baterías limpias’), de Transport & Environment, red europea de la que forma parte Ecologistas en Acción. Si bien tanto la propuesta de reglamento como estos informes apuestan por el reciclaje, reconocen que la minería en Europa debe aumentar exponencialmente y ser abrazada tanto por los gobiernos como por la ciudadanía.
En realidad, a más minería a bajo coste, menos incentivos existirán para la recuperación de metales como el litio, con tasas de reciclaje actuales de menos del 1 % a pesar de ser metales fácilmente recuperables. Ecologistas en Acción considera que las ratios de reciclaje propuestos son técnicamente posibles, pero no son comercialmente viables precisamente por la competencia desleal que representa una minería altamente destructiva que no se hace cargo de sus impactos.
El área de minería de la organización ecologista alerta que el énfasis por las baterías en la visión europea de la transición verde no es más que una excusa para favorecer y reducir las trabas administrativas por razones ambientales y sociales a la nueva actividad minera en Europa. Por eso viene acompañada del mayor intento de lavado de cara de la minería metálica en el continente, que se lanzará oficialmente durante la próxima conferencia europea sobre “Green Mining” que organizará la presidencia portuguesa del Consejo de la Unión Europea en mayo.
Frente a esto, la insostenibilidad de los nuevos proyectos mineros de litio propuestos quedan en evidencia en lugares como Cáceres (con el proyecto “Valdeflórez”) o en Galicia (con el proyecto “Alberta”), que continúan la política de irregularidades y falta de control que han hecho a España tristemente famosa por los desastres de Aznalcóllar o de la Sierra Minera de Cartagena, y la espada de Damocles que suponen instalaciones calificadas fraudulentamente como “sostenibles” como las macrobalsas de lodos mineros de Atalaya Riotinto en Huelva, los daños continuados a cuencas hidrográficas de los proyectos mineros de Cobre Las Cruces en Sevilla o San Finx y Touro en Coruña, así como la pretendida reapertura de la malograda mina de Aznalcóllar, que nuevamente pondría en riesgo al Parque Nacional de Doñana.
Un estudio de la Universidad de Valladolid publicado recientemente reconoce que la demanda asociada a la movilidad eléctrica de ciertos metales como el aluminio, cobre, cobalto, litio, manganeso y níquel es tan alta que prácticamente provocaría el agotamiento de sus reservas mundiales. Por ello, para Ecologistas en Acción la única apuesta realista es un cambio radical hacia la circularidad y a una sociedad con baja demanda de metales, particularmente teniendo en cuenta que a día de hoy el reciclaje de minerales como el litio, telurio o tierras raras está por debajo del 1 % y el del cobre está entre el 43-53 %.
Este planteamiento sería coherente con lo propuesto en el ‘Plan de Acción de Economía Circular’, que entre sus ejes de actuación establece, respecto a las “materias primas secundarias”, que se debe “garantizar la protección del medio ambiente y la salud humana reduciendo el uso de recursos naturales no renovables e incorporando en el ciclo de producción los materiales contenidos en los residuos como materias primas secundarias”.