El 2023 tampoco verá el fin de la sobrepesca
- Tras dos días de negociaciones a puerta cerrada en el Consejo de la UE, se han establecido los límites de capturas para las poblaciones de peces del Atlántico nororiental, incluyendo las especies del fondo, y el futuro de las poblaciones del Mediterráneo para el 2023.
- Ecologistas en Acción ha valorado los resultados como decepcionantes: aunque algunas especies se hayan recuperado (como el gallo o la merluza del sur), los TAC inciden en la sobrepesca de otras especies que están en situaciones de mayor vulnerabilidad, como la cigala o el besugo.
- Los grandes protagonistas del debate –la anguila europea y la reducción de esfuerzo en el Mediterráneo– han progresado, aunque no al ritmo necesario para acabar con la sobrepesca.
Ministras y ministros de Pesca de la UE han terminado las negociaciones para establecer los límites de captura (TAC) para las poblaciones de peces del Atlántico nororiental en 2023 que, en esta ocasión, también incluyen los TAC para las especies de aguas profundas. Estos TAC marcarán la cantidad de peces que puede pescar cada Estado miembro el año que viene y también para 2024 en el caso de las especies de aguas profundas. Además, se han vuelto a negociar las medidas que se aplicarán en el Mediterráneo para combatir la grave sobrepesca que sufre este mar.
Ecologistas en Acción ha celebrado que este año algunas especies de interés pesquero para el Estado español –como el gallo, el rape, la población de jurel del sur o chicharro, la merluza del sur y la bacaladilla– presenten biomasas crecientes, por lo que la recomendación científica del ICES ha propuesto un aumento de sus TAC.
Sin embargo, la organización ecologista considera que esta ha sido una oportunidad perdida para bajar los TAC y dar un respiro al resto especies cuya situación está peor, como es el caso del abadejo, lenguado, la caballa, la cigala o el jurel del oeste. Un año más, el Estado español se ha vuelto a posicionar en contra de los recortes propuestos por la ciencia, apostando por la sobrepesca de estas poblaciones.
Según Ecologistas en Acción, en el caso de la merluza del sur, que está mejorando su población, la delegación española podría haber apoyado un aumento más conservador para eliminar riesgos de pescar el rango mayor, tal y como recomienda la ciencia, y no poner en riesgo la mejora de la población en los próximos años.
En el caso de los stocks de aguas profundas, de crecimiento lento y maduración tardía –por tanto, muy vulnerables a la pesca– cabe destacar el caso del besugo, una población en serio declive que, para su recuperación, se proponía cerrar la pesquería. Sin embargo, se ha propuesto continuar la pesca en 2023 y 2024, a la espera del final de las negociaciones con Reino Unido.
La anguila ha sido una de las protagonistas en las negociaciones. Una especie que está en peligro crítico de extinción por la grave pérdida de hábitat y por la pesca excesiva que ha sufrido durante años. A pesar de ello, se sigue pescando tanto por la flota profesional como por la recreativa de muchos países de Europa. La propuesta de la Comisión ha salido adelante: duplicar la veda existente actualmente, de tres a seis meses, aunque con la posibilidad de que cada Estado miembro decida las épocas de cierre; y prohibir la pesca recreativa de la especie, práctica que no tiene ninguna justificación social ni de seguridad alimentaria. Ecologistas en Acción ha reconocido que el acuerdo va en buena dirección, aunque queda mucho por hacer y las medidas siguen siendo insuficientes, puesto que la ciencia recomienda acabar completamente con la mortalidad por pesca de la especie para permitir su recuperación. También debe de haber medidas de cara a la recuperación del hábitat de esta especie.
Otro de los grandes debates ha sido el Mediterráneo. Parece que el esfuerzo pesquero –los días que se permite salir a pescar– va a reducirse un 7 % para la flota de arrastre, frente al 7.5 % de reducción que proponía la Comisión Europea. Esta reducción va asociada a un mecanismo de compensación del 3,5 % de los días a los barcos que apliquen medidas de selectividad y cierres. Por tanto, no suponen un recorte drástico para los barcos que adopten estas medidas.
La organización ecologista considera que la reducción del esfuerzo pesquero es necesaria debido al estado desastroso de las poblaciones en el Mediterráneo, donde el 85 % de las poblaciones evaluadas están sobreexplotadas. Asimismo, reitera la necesidad de seguir incentivando la selectividad para reducir la captura de juveniles y cierres permanentes de hábitats esenciales, como zonas de cría y desove, al establecer el reparto de días de pesca dentro de nuestra propia flota.
Sobrepesca en plena crisis de pérdida de biodiversidad
La última evaluación científica publicada por el Comité Científico, Técnico y Económico de Pesca evidencia que, a pesar de que en los últimos años la situación de las pesquerías en el Atlántico noreste ha mejorado, el 28 % de las poblaciones estudiadas están sobreexplotadas, y el 38 % fuera de los límites biológicos sostenibles. En el Mediterráneo la situación no mejora, ya que solo el 15 % de las poblaciones se encuentran no sobreexplotados.
Ecologistas en Acción ha recordado que estos días los líderes políticos de todo el mundo se encuentran en Canadá reunidos en la COP15 de la Convención de la Diversidad Biológica, con la obligación de adoptar una hoja de ruta mundial para revertir la pérdida de biodiversidad antes de 2030. Por ello, no es de recibo que en la capital belga se sigan adoptando TAC y cuotas por encima de las recomendaciones científicas perpetuando así la sobrepesca.
Para la organización ecologista, ya no hay margen de error: en palabras de la UNESCO, “si no se actúa, más de la mitad de las especies marinas del mundo podrían estar al borde de la extinción en el año 2100”. Cecilia del Castillo Moro, portavoz de Ecologistas en Acción, ha añadido: “La biodiversidad marina tiene un papel esencial en la salud del planeta. Además, supone una importante fuente de alimentación para millones de personas en todo el mundo. La pesca depende del estado saludable de esta biodiversidad y las pérdidas socioeconómicas a largo plazo serán mayores que las ganancias a corto plazo si el Consejo de la UE, con el apoyo del Estado español, sigue apostando por pescar más en lugar de pescar mejor.”