Comunicado de la sociedad civil española en las últimas horas de la COP29

Comunicado de la sociedad civil española en las últimas horas de la COP29

Comunicado de la sociedad civil española en las últimas horas de la COP29
  • Cualquier acuerdo que no vincule a los países del Norte global a proporcionar financiación pública, suficiente y predecible a los países del Sur global es un resultado negativo de esta cumbre.
  • Un resultado que será inamovible en los próximos 10 años, ya que hasta 2035 no se revisarán estos compromisos de financiación, si se mantuviera el texto actual.
  • El borrador actual pone en riesgo el Acuerdo de París, y la Unión Europea debe actuar de forma inmediata y efectiva si quiere salvarlo.
La Unión Europea y España han manifestado en numerosas ocasiones su voluntad de cumplir con el Acuerdo de París (AP), tanto a nivel internacional como nacional. Creemos que debe avanzar y garantizar un firme compromiso con la financiación internacional, canalizando a través de mecanismos de cooperación y acuerdos establecidos. Asimismo, apreciaremos su disposición para reafirmar este compromiso y elevar la ambición en las negociaciones hacia una nueva meta colectiva y cuantificada de financiamiento climático (NCQG) adicional, justa, pública y suficiente.
Nos encontramos en la prórroga de una COP29 marcada por la financiación climática, un tema esencial para garantizar la implementación de la acción climática y el respeto del límite de 1,5ºC. Estas negociaciones complejas no deberían profundizar la brecha entre los países del Norte y del Sur, sino promover una alianza global de países ambiciosos que prioricen el avance del multilateralismo.
En este contexto, las organizaciones ambientales y sociales españolas presentes en las últimas horas de la COP29, abajo firmantes, expresan una llamada ante el papel que ha jugado hasta ahora España y la Unión Europea, y hacen un llamamiento explícito para que trabajen por un objetivo ambicioso.
1. La cifra planteada en el último texto sobre financiación climática (el NCQG) es totalmente insuficiente: 
  • Si bien existen diferentes cálculos, se estima que los países necesitan entre 5 y 6,9 billones de dólares desde ahora hasta 2030 para poder cumplir con sus compromisos climáticos (aproximadamente 1 billón al año). A su vez, en el Informe del Comité Permanente de Finanzas se expresa que los datos se recogieron de informes nacionales y que estos pueden ser incompletos por falta de herramientas o capacidades disponibles para calcular los costes de las necesidades en diferentes países. Así, es probable que las necesidades reales sean superiores y que a su vez éstas aumenten a medida que se agraven los efectos de la crisis climática.
  • Por ese motivo es necesario que los países enriquecidos se comprometan a proveer 1 billón de dólares públicos anuales hasta 2030. Por el contrario, los países enriquecidos solo han puesto sobre la mesa la irrisoria cifra para proveer y movilizar 250.000 millones de dólares anuales, y no alcanzarla hasta 2035. Este número no representa ningún aumento respecto al objetivo colectivo vigente, aprobado en 2009, de 100.000 millones de dólares anuales entre 2020 y 2025: Si tenemos en cuenta la inflación hasta 2024, la cifra aprobada en 2009 ascendería a prácticamente 190.000 millones. Por último, cabe tener presente que también se espera que la inflación global siga teniendo lugar hasta 2035. 
2. El actual texto no ofrece ningún tipo de garantía a los países empobrecidos: 
Actualmente 130 países del Sur global se encuentran en una situación como mínimo ligeramente crítica por los efectos de la deuda. Por eso, es esencial asegurar una financiación pública, en forma de subvenciones y que no genere más deuda a los países del Sur. En vez de eso, tenemos un texto que da paso a una amplia variedad de fuentes, sean estas públicas, privadas, bilaterales, multilaterales, además de otorgar un papel importante a los bancos multilaterales de desarrollo. No se asegura ni un núcleo ni el aprovisionamiento público y se pone mucho foco sobre la movilización. Es decir, dinero público que va terminar a las grandes corporaciones de siempre que ya tienen beneficios milmillonarios. Finalmente, no se aseguran fondos adicionales y se deja la puerta abierta a una simple movilización de la Ayuda Oficial al Desarrollo. La UE ha expresado varias veces esos días que “la estructura importa más que el quantum”, pero en este texto no hay ninguna estructura de calidad.
3. La vinculación legal del texto es pobre, si no inexistente:
  • No hay referencia directa sobre “provisioning” (aprovisionamiento) ni se cita específicamente el párrafo 9.1 del AP. Una referencia al párrafo 53 de 1/CP21 o al artículo 9.3 del AP simplemente no es suficiente para establecer la responsabilidad de proporcionar financiación para el clima.
  • Es esencial que el 9.1 se confirme y se haga operativo, de lo contrario la obligación legal queda completamente vacía. Esto supondría un enorme paso atrás respecto a los compromisos actualmente adquiridos.
  • Sabemos que esta línea de estrategia viene de Estados Unidos, pero instamos a que la Unión Europea no siga esta línea, sino que continúe respaldando la obligación de los países desarrollados y la importancia de la provisión y lo deje claro en el texto, visto que siempre se ha dicho que la UE reconoce y asume esa responsabilidad.
  • Es inaceptable que los derechos humanos y laborales, así como las cuestiones de género, de transición justa de las personas trabajadoras, los pueblos indígenas y la juventud sean completa y deliberadamente omitidos.
4. La Unión Europea debe ponerse a la altura de los compromisos que se esperan de ella: 
  • Si la UE quiere cumplir con su palabra y sus compromisos, debe hacer un esfuerzo diplomático y financiero que responda a las necesidades reales, y no esconderse detrás de la estrategia de los Estados Unidos.
  • La mitigación del cambio climático es una necesidad imperativa, pero para conseguirlo a la velocidad indicada por la ciencia, los países del Sur global necesitan financiación. Una financiación necesaria para la reducción de las desigualdades y asegurar una transición social justa para todas.
  • La Unión Europea tiene los recursos económicos necesarios y tiene la obligación de ponerlos a disposición de la acción climática mundial. No tiene sentido que en la Unión Europea dedique 400.000 millones de euros al año a subvenciones a los combustibles fósiles, que siguen acelerando la crisis climática: tiene que dedicarla a financiación climática, tanto interna, como, sobre todo, internacional.

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