En los últimos años, el movimiento feminista en España ha experimentado una notable evolución en sus formas de expresión y activismo. Sin embargo, algunas de estas nuevas manifestaciones han generado controversia debido a la inclusión de elementos con connotaciones religiosas que, para muchas, distorsionan la esencia laica y emancipadora del feminismo. Grupos vinculados a espacios feministas han adoptado prácticas simbólicas que, aunque bien intencionadas, corren el riesgo de diluir los principios del feminismo español.
Una de estas prácticas es la de encender velas en memoria de las mujeres asesinadas por la violencia machista. Esta acción, cargada de simbolismo, se ha sumado a otras formas de protesta como performances, batucadas y manifestaciones artísticas. No obstante, el problema radica en que, al incorporar estos elementos, el movimiento feminista adopta una inclinación religiosa que contradice su naturaleza revolucionaria y secular. En un país como España, donde los velorios y ritos fúnebres están profundamente arraigados en la tradición católica, es crucial evitar que estas prácticas religiosas se infiltren en un espacio que, por definición, debe estar libre de dogmas.
Trasladar estas costumbres al ámbito feminista es problemático. El feminismo es, por naturaleza, un movimiento de emancipación y lucha por la erradicación de las violencias, y cualquier influencia religiosa introducida en sus manifestaciones corre el riesgo de desvirtuar su esencia. La independencia del feminismo de cualquier influencia religiosa ha sido un pilar fundamental en su desarrollo, y mantener esta independencia es crucial para preservar su carácter revolucionario.
Un ejemplo inspirador de la autenticidad del activismo feminista se observó durante la II Manifestación de la Fuerza de las Mujeres en Barcelona en 2022. En esta ocasión, mujeres de contextos islámicos se organizaron para participar con temor a represalias culturales, religiosas e incluso de la propia comunidad. Cubiertas con una máscara y vestidas de blanco, estas mujeres, muchas de las cuales arriesgaban su seguridad personal, realizaron un acto simbólico al quemar sus velos, desafiando así las normas opresivas de sus culturas de origen. Este acto de valentía contrasta fuertemente con la actual tendencia en España, donde algunos grupos, en lugar de luchar con acciones contundentes y de frente, optan por encender velas y vestirse de blanco, una práctica que, aunque simbólica, en nuestro contexto se asemeja más a un velorio religioso de iniciativa con intereses encubiertos que a una reivindicación genuina de derechos.
Es comprensible que, ante la desesperación causada por los asesinatos de mujeres y de sus hijas e hijos, muchas compañeras se aferran a cualquier iniciativa que les permita expresar su dolor y rabia. Sin embargo, es fundamental recordar que ninguna acción con connotaciones religiosas puede considerarse feminista. En lugar de adoptar estas prácticas, el feminismo debería enfocarse en acciones disruptivas que desafíen el statu quo.
Personalmente, nunca he asistido ni participado en concentraciones que incluyen rituales religiosos. Considero que estas prácticas, profundamente arraigadas en tradiciones religiosas, se alejan de los principios fundamentales del feminismo. La lucha feminista no debe ceder a propuestas que, aunque bien intencionadas, solo sirven para enaltecer egos y desviar la atención del propósito central del movimiento: la lucha por la erradicación de las violencias y la emancipación de todas las mujeres, libre de cualquier sesgo religioso o cultural que limite su verdadera libertad.
En conclusión, es vital que el feminismo español mantenga su independencia de cualquier influencia religiosa y continúe siendo un movimiento revolucionario centrado en la lucha por la liberación de la mujer. El feminismo debe seguir siendo una fuerza que desafíe las estructuras opresivas, de cara, sin dejarse influir por prácticas que, aunque simbólicas, pueden diluir su poder transformador. Solo así se garantizará que el movimiento siga siendo un verdadero motor de cambio social y emancipación para todas las mujeres.
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Reseña.
Mayca Romero Sánchez de la Campa
Agente Editorial | Educación social. Activista y Militante feminista. Fundadora de Cádiz abolicionista y la Plataforma Andaluza de Mujeres Abolicionistas
