Por el fin de la exención fiscal del combustible de aviación en la UE
- Decenas de organizaciones, entre las que se encuentra Ecologistas en Acción, han enviado esta mañana una carta a tres ministerios para pedir al Ejecutivo su oposición a la propuesta de la Presidencia húngara de retrasar 20 años la puesta en marcha de un impuesto al queroseno.
- Las entidades firmantes denuncian la injusticia social y los perjuicios económicos que supondría mantener el combustible de los aviones libre de impuestos
- En la misiva, se insta al Gobierno de España a defender la imposición del queroseno en la revisión de la Directiva de Fiscalidad de la Energía contemplada en el Paquete Fit for 55 y ahora en riesgo.
Con el título “No a la prórroga de la exención fiscal del combustible de aviación”, una veintena de organizaciones de diferentes países europeos han enviado una carta a los ministerios de Hacienda, Transportes y Transición Ecológica. Piden formalmente la oposición de España a la propuesta húngara de prorrogar hasta 2049 la puesta en marcha de un impuesto al queroseno en la UE.
Dicha propuesta, hecha pública a principios de septiembre y actualmente sometida a debate, se enmarca en el proceso de revisión de la Directiva de Fiscalidad de la Energía, norma comunitaria en vigor desde 2003 que establece pautas estructurales y tipos impositivos mínimos para combustibles de automoción y calefacción, así como a la electricidad.
En la revisión de esta directiva, incluida en el Paquete Fit for 55 como herramienta para convertir a la UE en climáticamente neutra en 2050, uno de los elementos más relevantes propuestos por la Comisión Europea en 2021 fue la eliminación de las exenciones fiscales los sectores de la aviación y el transporte marítimo tienen sobre el combustible. Concretamente, el Ejecutivo comunitario propuso la introducción progresiva de un impuesto al queroseno durante un periodo transitorio de 10 años al final del cual las aerolíneas deberían pagar un impuesto mínimo de 10,75 EUR/GJ en toda la UE, al igual que el aplicable a la gasolina utilizada en el transporte por carretera.
Tras meses de negociaciones infructuosas sobre la introducción de este impuesto en 2028, el Gobierno de Viktor Orban, que actualmente ostenta la Presidencia semestral de la UE, presentó una propuesta consistente en prorrogar durante 20 años más la exención fiscal los sectores de la aviación y el transporte marítimo. El argumento aportado para ello, según los documentos filtrados, era que “puesto que actualmente no hay disponible en el mercado suficiente combustible de aviación sostenible, la imposición del queroseno produciría un aumento de los billetes pero no un abandono general de los combustibles fósiles en favor de otros más sostenibles”.
Para Ecologistas en Acción y el resto de organizaciones firmantes de la carta enviada hoy al Gobierno español, la propuesta húngara “no solo es injusta, sino también contraproducente desde el punto de vista económico”. Denuncian asimismo que “en 2025 las subvenciones indirectas a la aviación supondrán una pérdida de ingresos para la UE de 35.700 millones de euros, de los cuales 13.300 millones se deben a la exención fiscal del queroseno”.
Por otro lado, las organizaciones promotoras de la misiva defienden el efecto positivo que un impuesto al queroseno podría tener para incentivar la inversión por parte de la industria en combustibles menos contaminantes. Y califican de “inaceptable” una propuesta que vendría a “recompensar ahora a una industria que ha incumplido casi todos sus objetivos climáticos en las últimas décadas”.
Por todo ello, las entidades firmantes instan al Gobierno español a oponerse a “toda propuesta que mantenga la exención fiscal del queroseno”, así como a trabajar en medidas “para poner fin a las injustas y contraproducentes subvenciones de las que se beneficia la industria de la aviación”.
En opinión de Pablo Muñoz, portavoz de Ecologistas en Acción, “la propuesta de mantener el combustible fósil de aviones y barcos exento del pago de impuestos va en contra de los objetivos climáticos de la UE y supone seguir privilegiando a la industria de la aviación frente a otros medios de transporte menos contaminantes. Es, además, sumamente injusto que las aerolíneas no paguen ni un céntimo en impuestos por el combustible, mientras que cualquier persona o sector económico sí lo hace. Si España, como Estado miembro de la UE, apuesta por respetar los objetivos climáticos y ambientales de la UE, tiene la obligación de mostrar su oposición a la propuesta húngara y trabajar activamente para que el impuesto al queroseno vea la luz cuanto antes”.
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