Retina Fina: Good Boy

Retina Fina: Good Boy


Película: Good Boy, 2025. Director: Ben Leonberg.

¿Ver? Sí, excepto si eres uno de esos hippies que creen que los perros viven en un mundo de caramelo.

¿Volver a ver? Sí, más adelante, por el aspecto técnico y por algunos detalles narrativos sobresalientes.

¿Por qué?

Good Boy es una proeza de la técnica cinematográfica al servicio de la narrativa. El director tuvo una idea, se agarró los güevos y la hizo.

Hay quienes tenemos animales adorables y subimos un chingo de fotos e historias suyas a nuestras redes. Hay frikis o mamadores que les hacen perfiles. Este broder nel, no se anduvo con mamadas y le hizo una película a su perro… desde la perspectiva del perro.

Lo hace sin efectos por computadora, con el perro como protagonista y todo visto desde el perro y se sale con la suya. Cuenta una historia muy humana, en clave de terror porque como siempre digo, nada más humano y más extenso que el miedo y logra 73 minutos de película que valen la pena.

Y sí, Indy, el perro protagonista, tiene un mayor rango actoral que 90% del elenco del Universo Cinematográfico de Marvel. Es una delicia ver, por primera vez en filme, la infinita expresividad de los ojos de un perro.

¿Tiene hoyos argumentales? Sí, algunos. ¿Hay detalles que cualquier dueño de un perro considerará imposibles? También los hay. Y a pesar de eso, Indy lleva a buen puerto, en su peludo lomo, la película.

¿Por qué le pongo muy ligeras pegas a verla? Porque hay mamones que no aguantan la idea de ver un perro angustiado o en situaciones difíciles. Para todos los demás, dénse como perros tragando pollito desmenuzado, chingado.

¿El dato curioso de la semana y por qué digo que esta película es una auténtica proeza técnica? Porque, al ser filmada con el perro, desde el perro y sin efectos especiales de por medio, el rodaje tomó unos tres años, con un metraje útil de unos 8 segundos por día.

Para que luego vengan a llenarse la boca con Boyhood, de Linklater.

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