Pablo Iglesias Turrión debuta como bufón real

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La información es cierta, aunque parezca mentira: Pablo Iglesias Turrión, que no tiene ninguna semejanza con el fundador del Partido Socialista Obrero, republicano, marxista y ateo, apodado El Abuelo, excepto el nombre, ha debutado como bufón real en el hemiciclo del Congreso de los Diputados este desdichado 7 de enero de 2020. Puso una nota chusca al romper a llorar de alegría porque va a ser vicepresidente del Gobierno presidido por Perico Sánchez, el que asegura que Antonio Machado nació en Soria. No es fácil adivinar quién es más inculto, si el presidente o su vice. Tal para cual.

Las lágrimas son una anécdota ridícula para la dignidad de un político, pero no la mayor en este caso, porque se ha superado con sus palabras en loor de la monarquía borbónica. Parece increíble, pero lo publican los diarios digitales y las agencias informativas. Por ejemplo, EFE comunica hoy mismo a los que sin duda serán sus asombrados lectores:

El líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, ha acusado a los presidentes del PP y de Vox, Pablo Casado y Santiago Abascal respectivamente, de haberse convertido en “la mayor amenaza contra la monarquía en España”.

Tal posibilidad le espanta al líder de Unidas Podemos, un partido que se dice de extrema izquierda, lo que para todas las personas con sentido común implica ser republicano y partidario de la revolución social. Pero no es así, Unidas Podemos resulta ser un partido monárquico defensor de la dinastía borbónica, con todas sus derivadas tradicionales, según confesión de su líder fundador.

Si yo, que me declaro republicano integral contrario a la idea monárquica en cualquiera de sus manifestaciones, creyera que el PP y Vox constituyen “una amenaza contra la monarquía en España” los votaría gozosamente, pero sé muy bien que no es así, sino que defienden la monarquía con todos sus símbolos, empezando por la bandera bicolor y el himno mal titulado Marcha real, porque los borbones no se marchan, y las dos veces que los ciudadanos hartos de ellos los han expulsado, volvieron traídos por militares golpistas. Si a Iglesias Turrión le gusta la monarquía, también tienen que gustarle los dos golpes de Estado dados contra las dos repúblicas, en 1874 y en 1936, porque propiciaron el regreso de los borbones hasta hoy.

Y a favor de la OTAN

Debe de ser que le va la marcha. Por eso ha anunciado que nombrará jefe de su Gabinete al general Julio Rodríguez, exjefe de Estado Mayor de la Defensa, servilón de la agresiva Organización Terrorista del Atlántico Norte (OTAN), como director nacional de armamento español en esa organización criminal internacional. Tiene excelentes relaciones con la todopoderosa CIA, con la que ha colaborado sin que sepamos para qué, aunque es fácil suponerlo, y no será para nada bueno.

Este genocida, de acuerdo con la absurda ministra de Defensa entonces, Carme Chacón, apodada La Niña de la OTAN, afortunadamente fallecida, para que no siga cometiendo tropelías, envió cuatro cazabombarderos, un avión de abastecimiento en vuelo, otro de vigilancia, un submarino y una fragata para derrocar al presidente Gadafi de Libia, porque así le interesaba a los Estados Bandidos de América para apoderarse de sus riquezas naturales, lo que dio lugar a una guerra que dura todavía. Especial trascendencia tuvo el bombardeo y muerte de unos niños libios, víctimas de la sed de sangre de esta bestia sanguinaria.

Iglesias Turrión admira tanto la ejecutoria abominable del depravado Rodríguez que se empeñó en llevarlo al Congreso como candidato de su partido por Zaragoza en 2015 y por Almería al año siguiente. Fracasó el plan en los dos casos porque ninguna persona decente quiere estar representada por un asesino. Pero Iglesias Turrión siguió empecinado en promocionarlo desde su partido, y le nombró secretario general de Podemos en Madrid, razón por la cual los demócratas no podemos votar nunca a Podemos.

Esto acabará pronto

La única esperanza que nos queda a los republicanos es que Iglesias Turrión no durará mucho en el cargo, dado su currículum. Todos los que han tenido puestos de responsabilidad en el partido lo han abandonado, hartos de soportar su megalomanía. Es seguro que no tardará en enfrentarse al Perico Sánchez, y entonces uno de los dos tendrá que irse. Y puede que haya suerte y se marchen los dos, y se convoquen nuevas elecciones, en las que no saldrá elegido ninguno de ellos, una vez sabido su comportamiento despreciable.

Este Iglesias Turrión es el que presumía de habitar un modesto piso, hasta que al saberse diputado su megalomanía le impulsó a adquirir una finca majestuosa en Galapagar, vigilada ostensiblemente por la Guardia civil, aunque seguramente lo estará también en secreto por agentes de la CIA.

Es el mismo político sin convicciones que aseguró urbi et orbi que jamás pactaría con los sociatas, porque tienen las manos machadas todavía con la cal viva empleada para sepultar a José Antonio Lasa y a José Ignacio Zabala, con el propósito de ocultar su tortura y asesinato a manos del grupo terrorista GAL, creado y dirigido por el entonces presidente del Gobierno presuntamente socialista Felipe González, el dinamitador del partido fundado por Pablo Iglesias Posse, apodado El Abuelo. No confundirlo con este Pablo Iglesias de ahora, que es una caricatura deforme del auténtico, así como el actual partido llamado Socialista es otra caricatura infame del primigenio. Todo es mentira en la España monárquica.

También demuestra poseer unas ideas inconsistentes el actual secretario general del partido que usurpa el nombre de Socialista, el Perico Sánchez. Es el sucesor de González, que no del Abuelo, tan falso que afirmó igualmente urbi et orbi que jamás formaría un Gobierno de coalición con Unidas Podemos, porque si lo hiciera ni él ni los españoles podríamos dormir tranquilos. En el supuesto improbable de que poseyera un poco de dignidad, le esperarían unas largas noches de insomnio profundo, pero no será así, porque esa frase era tan falsa como todo lo que dice o escribe, incluida su supuesta tesis doctoral escrita por sus negros.

Como lamenta el romance viejo con ocasión menos virulenta que la actual, “España, España, que culpa / no mereces, y te abrasas”. Indudablemente España no la merece, pero los votantes de Unidas Podemos y del partido que se dice Socialista sí. Y lo peor es que nos involucran a todos.

Arturo del Villar

Nota: las opiniones son a nivel particular y no tienen porque estar en la linea editorial de esta emisora.

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