10 años de una canallada en el PSOE

jose luis opi

Esta semana se cumplen 10 años de una canallada en el PSOE. Fue el sábado 2 de octubre de 2010.

Los aniversarios adquieren más relevancia si son múltiplos de 5 y más aún si lo son de 10, por eso este año aquellos acontecimientos llegan con mucha más fuerza a mi memoria.

Ese sábado 2 de octubre se iniciaban las fiestas del pueblo donde vivo, Villava-Atarrabia. Al día siguiente desperté con una primera página de un medio de comunicación que no me tiene mucho aprecio, que a tres columnas anunciaba a bombo y platillo:

“Úriz expulsado del PSOE por dedicar el cohete de Villava a Otegi”.

Reconozco que me impactó y decepcionó después de casi 25 años de que desde ese mismo PSOE se me mandatara a mantener contactos con el mundo de la izquierda abertzale de la mano de Alfredo Pérez Rubalcaba y el apoyo de Enrique Curiel.

En el momento de la expulsión me acababa de desplazar a vivir a Catalunya, manteniendo mi vínculo en Navarra por ser concejal de ese pueblo, con ese fin me desplazaba todas las semanas desde allí para mis labores políticas al tiempo que podía contactar con mi familia.

Su alcalde precisamente como deferencia a mi trabajo político en Navarra durante 30 años, de ellos 12 como concejal de Villava-Atarrabia, me concedió el honor de tirar el cohete de fiestas de ese mi último año. Para cualquier concejal resultaba un orgullo poder dar inicio de las fiestas de tu pueblo.

Con ese fin nos desplazamos hasta Navarra una amplia representación de amigas y amigos, la mayoría afiliados del PSC, entre las que había dos alcaldes y numerosos concejales de Mollet, Martorelles y Montcada.

La emoción me embargaba y la noche anterior lleno de sensaciones, decidí escribir una reflexión desde lo más profundo de mi ser en la que trasladaba esos sentimientos. Jamás imaginé que ese hecho podría acarrear tantas injusticias, manipulaciones, mentiras y sinsabores.

La consecuencia fue que ese mismo día fui expulsado de manera fulminante del PSOE.

Los hechos:

En esa reflexión señalaba que en ese instante emocionante recordaría a mi familia, a mis amigos, a compañeros de lucha política y especialmente a cinco políticos de la época; los socialistas Odón Elorza alcalde de Donostia, Montse Tura dirigente de PSC y Tomás Gómez líder del PSOE Madrid, más Patxi Zabaleta, líder de Aralar y Arnaldo Otegi.

De cada uno hacía una referencia a sus valores y en este último caso añadí que “por su trabajo dentro de la izquierda abertzale para llevarles hacia la senda democrática” y cito textualmente. Creo que analizado desde hoy queda claro que acerté.

NO DEDIQUÉ EL COHETE DE VILLAVA A OTEGI. Sólo lo cité en esa reflexión nocturna que hice pública ante las preguntas que se me hacían desde los medios de comunicación.

Al lanzar el cohete en mi arenga ante centenares de personas y numerosos medios de comunicación, simplemente animé a “pasar las fiestas en paz y convivencia, con respeto a la mujer”.

Las acusaciones:

Segú se informó públicamente (antes de ponerlo en mi conocimiento) se me expulsaba por esa mentira y por haber invitado a Pernando Barrena dirigente de la Izquierda Abertzale y actualmente parlamentario europeo de Bildu.

Las pruebas:

Como entendieron que expulsarme fulminantemente no era muy democrático, al cabo de los días me abrieron un expediente disciplinario ante el que aporté todo tipo de pruebas que desmontaban el montaje.

  • Grabación de audio de mis palabras de Cadena SER, COPE, Onda Cero, RNE y Radio Euskadi.
  • Grabación de video de TVE, Tele Navarra y ETB.
  • Texto literal de la nota que envié y de las palabras exactas que pronuncié al lanzar el cohete, en las que en ningún instante salía Otegi.

En ellas se podía escuchar perfectamente que no había dedicado el cohete a Arnaldo Otegi.

Por otro lado, ante la acusación de haber invitado a Pernando Barrena aporté las siguientes pruebas que demostraban lo contrario.

  • Certificado del secretario del Ayuntamiento en el que figuraban los invitados e invitadas que había informado, entre las que no se encontraba dicho señor.
  • Certificado del responsable de protocolo del Ayuntamiento en el mismo sentido
  • Certificado del portavoz de la izquierda abertzale señalando que fueron ellos quienes habían invitado a su compañero Pernando Barrena.

A pesar de las apabullantes pruebas que en cualquier caso en la sociedad civil serían suficientes para una absolución, aquí no fue así y después de 12 meses de dura lucha la expulsión fue definitiva.

A continuación, una cadena de incongruencias y despropósitos, ya que al vivir en Catalunya solicité mi ingreso en el PSC y fui aceptado y como miembro de este, por esa razón participé en Congresos, Conferencias, Primarias, etc., etc., del PSOE. ¿Increíble verdad?

Todo ello hasta que con otra maniobra escandalosa se me comunicó, que al volver de nuevo a vivir a Navarra se me había aceptado el traslado de militancia al PSN, confirmado por figurar en la relación de afiliación que se en envió a mi agrupación original.

Después de ponerme en contacto con Salvador Illa, por entonces secretario de organización de PSC, le notifiqué mi baja para evitar esa irregular doble militancia, a lo que me respondió que efectivamente al cotejar los datos de cara la a las primarias les habían notificado que figuraba con doble militancia, en PSC y PSN.

Una vez consumada esa baja en un acto de infamia intolerable informaron a mi agrupación del PSN que había sido un error y que realmente no estaba afiliado. Fue una trampa propia de algo muy diferente a un partido honesto.

Mintieron dirigentes de PSN y PSOE hace 10 años, tergiversaron la realidad, manipularon y engañaron. Un comportamiento impropio de gentes de izquierdas.

Esa es la truculenta historia con el PSOE, se cometió una flagrante injusticia y ahora cuando se cumplen 10 años de lo acontecido quiero recordarla. Con una pregunta en el aíre: ¿una persona tiene menos derecho como afiliado a un partido, que como ciudadano?

Visto desde hoy resulta casi una broma si no fuera tan dramático. Después de ver que como apuntaba en su día la relación entre PSOE y Bildu se ha normalizado. Se buscaron sus votos para los denominados “decretos sociales”, posteriormente para la moción de censura contra Rajoy, para la investidura de Pedro Sánchez y ahora para los Presupuestos. ¿Habría que expulsarles como hicieron conmigo?

¿Por qué razón lo expongo ahora? Porque vivimos tiempos de hierro y plomo en el seno de los partidos políticos, donde cualquier cosa que no sea sumisión al líder, aunque se te obligue a comulgar con ruedas de molino, se considera como traición y acabas siendo un peligro que intenta erosionar su fuerza.

Después de estos 10 años intentando una y otra vez volver a recuperar mi militancia injustamente arrebatada, reflexiono sobre qué debo hacer. ¿Tirar definitivamente la toalla o seguir luchando por mis derechos? ¿Por qué razón sigo empeñado en esta batalla estéril?

Quizás por dos razones, una ideológica y otra ética.

Por un lado, porque siempre he pensado que los partidos de la izquierda deben trabajar para transformar la sociedad y que es al PSOE al ser el mayoritario es a quien corresponde la responsabilidad principal.

Pero para conseguir ese fin antes debemos transformarlo en un partido realmente de izquierdas, pero eso solo se consigue desde dentro.

Éticamente porque no se debe permanecer impasible ante una injusticia y aunque cueste toda una vida debemos luchar por corregirla.

¿Aguantaré con fuerza otros 10 años, me rendiré definitivamente, o seré leal a mis ideas socialistas y por encima de todo seguiré apoyando al PSOE?

Vivimos malos tiempos para la lírica, mucho más en los terrenos que pisa esta reflexión.

Veremos………

Fdo: José Luis Úriz Iglesias (Exparlamentario y concejal de PSN-PSOE)

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