La organización ecologista aplaude el anuncio del Gobierno gallego de la declaración de una moratoria para la plantación de eucaliptos y señala la importancia de que, por fin, un gobierno autonómico reconozca el grave problema económico y ambiental que provoca el monocultivo del eucalipto.
- Ecologistas en Acción señala que la moratoria es un primer paso fundamental para comenzar a revertir la situación, pero que no tendrá valor ninguno si no va aparejada de medidas específicas de control y ordenación.
- La organización ecologista invita al resto de comunidades autónomas afectadas por esta plaga invasora a declarar también la moratoria para impedir que se propague más este cultivo.
Ecologistas en Acción recuerda que Galicia, Andalucía y las comunidades de la cornisa cantábrica (Asturias, Cantabria y Euskadi) son los territorios que más sufren las consecuencias de los monocultivos de eucalipto. El eucalipto fue introducido a raíz de la creación del Patrimonio Forestal del Estado, coincidiendo con el régimen de la dictadura franquista, con el objeto de abastecer de madera a las factorías de celulosa para la industria papelera.
Andalucía es una de las comunidades afectadas, pero de forma muy desigual en su territorio. Las plantaciones de esta especie exótica se concentran en Huelva, provincia en la que se ubicaba una de las fábricas de la papelera española ENCE. Según datos oficiales de 2016, los eucaliptos ocupan 148.000 hectáreas en Huelva, 32.665 de ellas en espacios protegidos de alto valor ecológico: Red Natura 2000 y Red de Espacios Naturales Protegidos de Andalucía. Actualmente los cultivos y los perniciosos aterrazamientos siguen adelante, haciendo un daño especialmente en áreas como Parque natural Sierra de Aracena y Picos de Aroche, donde las empresas dedicadas al cultivo de eucalipto siguen plantando nuevamente más allá de los tres turnos que se permiten, debido a la ambigüedad del instrumento de planificación, donde caben las interpretaciones. La administración ambiental andaluza justifica con ello las autorizaciones a empresas como Ibereucalipto o Ence.
Las comunidades autónomas de la cornisa cantábrica también están afectadas en mayor o menor medida por esta plaga. En las últimas tres décadas la superficie cubierta por eucaliptos se ha multiplicado por cuatro en Euskadi debido a su mayor rentabilidad y ya cubre el 2,6% del territorio. Este territorio también sigue el mismo camino con una superficie ocupada ya de 21.500 hectáreas, principalmente localizadas en Bizkaia y en zonas costeras. Además, se está viendo con preocupación la tendencia de los propietarios privados de terrenos a reemplazar, para evitar la plaga de la banda marrón, plantaciones de pino por eucalipto. Esto podría suponer un gran aumento en próximos años de la superficie ocupada.
El propio Departamento de Medio Ambiente del gobierno autónomo vasco encargó un estudio a un equipo de expertos de la Universidad del País Vasco-Euskal Herriko Unibertsitatea y de la Sociedad de Ciencias Aranzadi. La conclusión final de dicho estudio es que los eucaliptos tienen “un efecto ambiental negativo, tanto en el País Vasco como en el resto de la península”. El informe indica además que la expansión de las plantaciones de eucaliptos “puede ocasionar serios efectos ambientales” tanto en los suelos y la hidrología como en la biodiversidad.
Las plantaciones de eucalipto ocupan 40.000 hectáreas en Cantabria, el 11 % de toda su superficie forestal. El Tercer Inventario Forestal Nacional, elaborado para Cantabria en 2004, desvelaba que la superficie ocupada por los eucaliptales en la región ascendía ya 46.200 hectáreas. Este dato, que otorga a los eucaliptos el título de segunda especie forestal más extendida en el territorio cántabro, deja patente la realidad del tipo de bosque de esta comunidad y su política forestal. Esta plaga se ha convertido en la modeladora del paisaje cántabro, sobre todo por debajo de los 400 metros de altitud como en el caso de la línea de costa.
Asturias no eludió esta plaga. Las plantaciones de eucaliptos ocupan ya casi 70.000 hectáreas y son la especie más presente en la masa forestal de esta región, aunque su peso relativo es motivo de debate. El último inventario forestal nacional les atribuye menos peso del que calcula la Universidad de Oviedo a través del Instituto de Recursos Naturales (Indurot). En todo caso, representan, como mínimo, cerca de la quinta parte de todos los árboles que crecen entre la cordillera y el Cantábrico. Su expansión sigue a tal ritmo que en el 2018 ya se había superado la superficie que el plan forestal vigente calculaba que ocuparían en los años posteriores al 2050. Frente a esto cabe destacar iniciativas como la del ayuntamiento de Gijón que hace unos meses anunció la tala de todos los eucaliptos presentes en suelo público municipal.
En Galicia el Plan Forestal Gallego de 1992 establecía como umbral que, en el año 2032, las plantaciones de las especies de eucaliptos ocuparían 245.000 hectáreas. Según los últimos datos del Inventario Forestal de Especies Productivas –realizado cada década por el ministerio–, en 2018 eran ya 300.500 hectáreas de monocultivo de eucalipto (englobando sobre todo dos especies Eucalyptus globulus y E. nitens) y otras 121.700 hectáreas en las que estas especies se encontraban presente de algún modo. Es decir, casi el doble de las previstas para 2032. A la espera del nuevo inventario encargado por el Gobierno gallego, ya hay voces autorizadas que alertan de que la superficie ocupada por estas especies invasoras en Galicia puede alcanzar ya 600.000 hectáreas.
Ecologistas Acción se congratula de que por fin se asuma por parte de un gobierno autonómico esta insistente demanda de todo el ecologismo, pero prefiere esperar para realizar una valoración hasta tener el texto de la ley. En este sentido la organización ecologista alerta de que la moratoria puede quedar en un anuncio baldío si no va acompañada de un reforzamiento de las medidas de control y vigilancia de las plantaciones ilegales, así como del establecimiento de medidas sancionadoras coercitivas para las empresas del sector forestal que accedan a realizar nuevas plantaciones de eucalipto durante la moratoria.
La organización ecologista entiende que si el primer paso es asegurar que la moratoria se aprueba con medios y recursos para ser aplicada, el segundo paso para revertir la situación sería revisar de oficio todas las plantaciones ilegales realizadas desde la aprobación de la Ley de incendios 3/2017 y de la Ley 7/2012 de montes exigiendo el cumplimiento de lo establecido en dichas leyes.
Asimismo, indica que el nuevo Plan Forestal, recién aprobado por el Gobierno gallego, fomenta el monocultivo y el aumento de especies pirófitas e invasoras hasta alcanzar 1,4 millones de hectáreas de pinos y eucaliptos en 2040, y el aumento de 3 millones de m³ de talas anuales de madera de bajo valor añadido hasta alcanzar los 12 millones de m³ de talas/año. Un plan que propone aumentar aún más la superficie ocupada por el eucalipto E. nitens, pese a tener rebasado ya en más del doble las previsiones para 2030, y en detrimento de las masas forestales autóctonas que apenas sufrirán incremento en los próximos 20 años.
Ecologistas en Acción entiende que una vez que el Gobierno gallego reconoce el grave problema económico y ambiental del monocultivo del eucalipto, debe forzosamente derogar el Plan Forestal Gallego recién aprobado, ya que este no hace más que agravar la situación actual. La organización ecologista indica que el Parlamento gallego debería devolver el Plan Forestal Gallego al Consejo Forestal para realizar una nueva redacción idónea a las necesidades del país y en la que puedan participar todas las organizaciones relacionadas con el monte y con el medio rural.
Ecologistas en Acción recuerda que en el año 2017 el comité asesor científico del entonces ministerio de Agricultura, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente recomendó la declaración de Especie Exótica Invasora (EEI) para varias especies del género Eucalyptus usadas por la industria agroforestal intensiva. Dicho dictamen científico, apoyado en diversos estudios realizados en Galicia y Portugal, debería tenerse en cuenta para abordar la restauración ecológica de las zonas afectadas por la invasión de estas especies y una profunda reconversión del sector. Para ello, las administraciones actuales afectadas deberían declarar a estas especies como EEI y actuar en consecuencia.